Antes de comenzar el programa, me sentía un poco perdida.
No entendía por qué elegía a ciertas personas para acompañarme en mi vida ni qué había detrás de esas relaciones que me restaban más de lo que sumaban. Hoy, gracias a Vive tu Alquimia, comprendo el origen emocional de esos vínculos, reconozco las heridas que me llevaban a repetir patrones, y sé qué necesito trabajar en mí para construir relaciones sanas y conscientes.
Uno de los mayores regalos del programa fue descubrir cómo esas heridas de infancia que arrastraba —y que ninguna otra terapia o formación me había ayudado a identificar con tanta claridad— han influido en mi forma de relacionarme. Ahora puedo ver cómo he permitido que incluso mis seres queridos traspasen mis límites por querer agradar… y sé que eso puede cambiar. Hoy me siento empoderada para elegir mi bienestar y cuidar mi paz mental.
Ingrid transmite todo desde el amor. Es evidente que disfruta lo que hace, y que su propósito es real: ayudarnos a ser mejores versiones de nosotras mismas, desde la compasión y la conciencia.
Lo más transformador ha sido conectar con mi liderazgo interno. Conocerme en profundidad y entender qué creencias ya no me pertenecen me permite vivir con más libertad, presencia y coherencia.
A quien esté pensando en sumarse, le diría: no lo dudes.
No es magia, es trabajo interno, constante y profundo. Ingrid entrega las herramientas, pero el verdadero cambio ocurre cuando decides comprometerte contigo cada día.
Y ahí… es donde empieza la verdadera alquimia.
Gracias!